domingo, 14 de diciembre de 2008

Un mundo feliz- Aldous Huxley

Éste es uno de los míticos libros de ciencia-ficción que todo el mundo recomienda aun sin haberlo leído. Tanta expectación merecía una lectura y este fin de semana me he puesto a ello, con un agradable resultado.

Nota: 8´5/10

¿No está la sociedad avanzando hacia una era de confort y destrucción del individualismo?, pues eso mismo premonizaba este libro (o mejor dicho,su escritor). En éste se retrata a una sociedad en la que todo es de todos y para todos, donde está prohibida la soledad, donde mediante la hipnopedia se meten ideas a las diferentes "clases sociales" para que estén felices con su forma de vida y tengan las ideas que les apetece a los que controlan el sistema. Cuando algo no va como está previsto, un gramito de soma (una droga que no te hace sentir mal después, aunque acorta los años de vida reales por otros muchos imaginarios) y todos contentos. Pero ¿qué ocurre si hay alguien que sale defectuoso y no encaja con el resto?, esto le ocurre al protagonista y se "revela" contra el sistema.
Pero, ¿son realmente felices?, en un principio parece que sí, pero no es una felicidad que satisfaga, no hay una felicidad real sin sufrimiento previo. Eso mismo piensa un indio de una reserva al que trae el protagonista para que lo vean y así hacerse famoso. Éste en realidad era un inglés que por accidente nació allí y no sabía nada del mundo "civilizado", salvo lo que le contaba su madre. Leía obras de Shakespeare (prohibidas también, así como todos los libros en los que hubiese algún conflicto de emociones) y tenía unas ideas como las de ahora: sólo se puede tener una mujer y hay que casarse con ella , los hijos y los padres son lo normal (no como la creación de seres humanos en laboratorios y la duplicación de individuos que llegaban a producir cientos de indiviuos iguales), la soledad es algo natural y necesaria en ocasiones, etc., así es que no encajó en esta sociedad, más bien todo lo contrario. Aquí dejo una fragmento bastante significativo entre el indio (el Salvaje) y el Inspector Mundial de la Europa Occidental (Mustafá Mond):

- Pero yo no quiero la comodidad. Yo quiero a Dios, quiero la poesía, quiero el verdadero riesgo, quiero la libertad, quiero la bondad. Quiero el pecado.
- En resumen -dijo Mustafá Mond- : usted reclama el derecho a ser desgraciado
- Bueno, vaya-dijo el Salvaje-:reclamo el derecho a ser desgraciado
- Sin hablar del derecho a envejecer y volverse feo e importante; el derecho a tener sífilis y cáncer; el derecho a tener poco que comer; el derecho de ser piojoso; el derecho a vivir en constante inquietud por lo que ocurrirá mañana; el derecho a pescar la tifoidea; el derecho a ser atormentado por indecibles dolores de todas clases.
Siguió un largo silencio.
- Los reclamo todos- dijo por último el Salvaje
Mustafá Mond se encogió de hombros
- Por nosotros, concedidos

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